La saturación de información facilita la polarización
- Francisco Escudero
- 1 oct
- 4 Min. de lectura
Una reflexión sobre la indigestión cognitiva en el mundo contemporáneo
Los cambios sociales y materiales de las últimas décadas han tenido, y tienen, un impacto importante en nuestro funcionamiento psicológico y la manera en la que nos relacionamos.
Durante la globalización el mundo se volvió cada vez más interconectado. Ante si acaso te enterabas de algunas noticias al leer el periódico o a que tu vecina se le había pegado fuego la sartén, pero la hiperconectividad contemporánea nos permite saberlo todo, de todos los lugares, en todo momento, con la consecuente saturación de información que ello conlleva.
No es solamente que la información haya aumentado en cuanto a cantidad, no es algo solamente cuantitativo, es que la intereconectividad de los países y tras el imperio del desarrollo tecnológico el mundo ha llegado a unos niveles de complejidad que escapan a la mayoría de nosotros.
Parafraseando a Pedro Jara en su libro “Adicción al pensamiento”: el desarrollo de las condiciones tecno-capitalistas ha conllevado que dicho desarrollo material no sea equiparable a la capacidad mental de procesar y comprender el mundo. Nuestro procesador mental a penas se ha desarrollado en los últimos 10.000 años pero las condiciones materiales del mundo se han complejizado exponencialmente. El mundo es demasiado complejo para la capacidad digestiva, organizativa y elaborativa de nuestro cerebro”. Esto tiene aun más sentido cuando parte de tu preocupación y ocupación está en subsistir a una prosperidad personal y familiar, en ser competitivo laboralmente y en atender al exceso de demandas individualistas que imperan en las redes tales como, tener el cuerpo perfecto, hacer yoga, hacer ayuno, ligar, aprender yoga, tener una actitud estoica, y un largo e irrespirable etc.
En antaño estábamos conectados a los ciclos naturales del medio, cultivábamos nuestra comida, cuidábamos los animales que nos comíamos. Había menos diferencia entre nuestra cosmovisión y el medio en el que subsistíamos. Ahora comemos un kiwi que ha podido trasportarse a kilómetros por un avión, usamos un ordenador cuyos componentes no sabemos si fueron construidos por personas explotadas, no sabemos por que el precio del petróleo es el que es, y no sabemos ni tan siquiera si el troco de carne que comemos pertenecía a un animal más o menos feliz puesto que nunca tuvimos la oportunidad de mirarle a los ojos antes de matarlo. Este hermetismo conlleva que todos vivamos en una burbuja y que demos un significado al mundo que dista mucho de la compleja realidad, no podemos estar constantemente entendiendo el ciclo vital de todo cuanto nos rodea, nuestra mente necesita economizar recursos, sencillamente es imposible. Y resulta cuanto menos curioso que estemos con más acceso a la información que nunca, pero que al mismo tiempo cueste más que nunca comprender la complejidad de cuanto consumimos en el día a día. Basta como ejemplo que casi nadie sabía cómo funcionaba la electricidad en España hasta el gran apagón de Mayo.
¿Cómo afecta la saturación de información a nivel psicológico?. Como ya he comentado antes el exceso de información satura la atención. Luego nos sorprende el aumento de prevalencia de TDH, el embotamiento de la atención o el malestar general de la población.
El punto central de este video es que como consecuencia de dicha saturación al final cedemos a la necesidad de simplificar el mundo, es decir organizar la información en base a nuestro limitado sistema operativo, en base a una cosmovisión que nos permite organizar el entorno y vivir con una mínima coherencia. Es decir, hacemos un trabajo de filtrar la información que nos interesa y adherirnos a una ideología o línea de pensamiento concreta, esto nos lleva a vivir en una especie de estado hipnótico donde tu verdad se constituye solamente por lo que decides escuchar. Es normal puesto que ya no sabes qué es un bulo, que comentarista dice la verdad, que analista es el más objetivo, y tiene sentido, porque hay demasiada información contradictoria y confusa. Lo rentable al final es comprar un pack de creencias puesto que te eso te ayuda a vivir más tranquilo, permite economizar tu energía y reducir tu angustia existencia. Los algoritmos ya hacen el resto y se encargan de maquetarte la ideología a tu medida.
Para zanjar voy a terminar con tres consejos a propósito de todo lo mencionado:
1- Reduce el nivel de consumo. El exceso de información conlleva que incluso nos olvidemos de qué fuente se maquetaron nuestras opiniones (fenómeno que se llama creptoamnesia). La saturación de información interfiere en nuestro funcionamiento de la atención y la memoria. Recupera más dosis de libertad, respeta el ritmo de tu digestión cognitiva. Procura no usar el “scrolling” como una manera de escapar de mente, tu cuerpo y tu estado emocional. Como planteó sabiamente William James “la verdad se aprecia en el silencio de estar contigo”.
2- Acércate a fuentes o personas que no piensen como tú. Hay un fenómeno llamado “sesgo de confirmación” que consiste en prestar atención a aquella información que solamente confirma tus hipótesis planteadas y rechazar aquellas que no encajan en tu sistema de creencias. Te sugiero que des tregua a opiniones que en principio despiertan tu rechazo instintivo.
3- Autocuestiónate y revísate. A toda verdad revestida de absoluta quizá se le escapa algunas arista de la realidad. Las opiniones son como lapas que se quedan enganchadas en nuestro sistema de pensamiento. Acostumbra a inocular dudas en tus certezas, tratar tus opiniones con humildad y cautela. El que no duda se embrutece. Y aunque puedas mantener como firmes tus creencias o premisas vas a adquirir más lucidez para defenderlas si las cuestionas y quizás no vas a personalizarlas hasta el punto de defender tus opiniones agresivamente cuando estas sean cuestionadas.
Si necesitas ayuda psicológica, no dudes en contactarme para resolver cualquier duda. Paso consulta en el Centro de Bienestar Emocional en Bormujos y Sevilla capital. También hago terapia online. Escríbeme para cualquier consulta. Espero que te haya gustado. Hasta luego.
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Francisco Escudero
Psicólogo Bormujos, Sevilla y online
1-10-25
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